Esta columna fue publicada por Diario El Gong el 11 de mayo de 2001.
_____________________________________________________________
Me refiero a esos padres que trabajan de 8 a 8, que se los ha comido la máquina y ellos no han hecho nada para evitarlo. Me refiero a esos padres que salen temprano y vuelven tarde, cuando sus hijos ya duermen o se disponen a hacerlo.
También me refiero a los que son padres de fin de semana por culpa de una calentura adolescente que los dejó con el cachito por el resto de sus vidas o aquellos que han sido víctimas de separaciones matrimoniales, que, a diferencia de los anteriores, no mantienen ninguna relación con la madre de los niños, por lo tanto les toca ser padre de fin de semana y más encima, puertas afuera, para no toparse con la bruja de su ex. Y claro, es normal que una vez a la semana estos padres tan especiales sientan cierta molestia que podría traducirse como cargo de conciencia, y quieran pasar el día con sus hijos.
Pero aquí parte el problema; y es que no saben ser padres; no están acostumbrados a ese título y mucho menos a ejercer un oficio que no han practicado lo suficiente. Aquí es donde entramos nosotros, al rescate, con el salvavidas justo a tiempo, antes que el agua les llegue al cuello y los domine la desesperación.
Primera parada: AL CINE…
Y claro, al cine, cómo no se te ocurrió antes, si el cine es oscuro, no hay que hablar para no molestar y quedas como rey si compras el balde más grande de pop corns y un vaso gigante de Coca – Cola; y claro, para que compartas con tu hijo, aunque sea la bombilla. En el cine te ahorras lo incómodo de estar con tu hijo y no tener tema de conversación, de no saber qué preguntarle y mucho menos qué te va a contestar. El cine es tu oportunidad de quedar como papá choro que se da la lata de ver una película para niños sólo por acompañar a la pequeña criatura.
Segunda parada: McDONALD´S…
Es que el McDonald´s se ha convertido en el salvavidas más recurrentes, y no por casualidad, sino porque lo han sabido manejar. Padres de fin de semana, esta es una alternativa segura; tiene un nivel de higiene casi intachable, por lo que el niño volverá sano y salvo a casa de mamá, además la Cajita Feliz trae un juguetito de regalo y así, cuando le pregunten de dónde salió, el niño responderá con orgullo “me lo compró mi papá”. Y cómo dejar de lado entonces, el hecho de que en McDonald´s hay juegos infantiles donde los niños juegan entre ellos, donde no tienes que preocuparte por entretenerlos, ya que se entretienen solos, y si por casualidad te distraes, hay mamás y tías que te brindarán el socorro necesario. Sólo tienes que preocuparte de vigilar las papas fritas y la bebida del pequeño, de aguantar el griterío con una sonrisa en la cara y de controlarte para no pellizcar los carnosos glúteos de la señorita encargada de los juegos que se agacha a recoger las papitas que caen al piso.
Última parada: EL PARQUE…
También es la parada menos usada, pero igualmente efectiva. No se usa mucho porque te obliga a sentarte en el pasto o en un incómodo escaño, pero es la alternativa perfecta para ensuciar la ropa, porque la diversión se asocia a la ropa sucia y a la tierra bajo las uñas. En el parque tampoco tienes que establecer comunicación con el niño, ya que el espacio es amplio y tú le das la libertad para que corra, se esparza y conozca a otros chiquillos gritones, de esta manera, al volver a su casa, el pequeño retoño estará agotado, directo a la cama, y no le dará tiempo a la mamá para que haga muchas preguntas sobre el paseo; situación que siempre agradecerán los padres de fin de semana, no dar muchos detalles ni explicaciones; mientras antes lleguen a echarse en el sillón y oprimir el control remoto, mejor; porque ellos también están cansados. La culpa estresa, y hay que comprenderlos.
Salvemos a esos padres de fin de semana, a esos padres que por diversos motivos ven a sus hijos 2 días a la semana, de preferencia el sábado, para poder descansar el domingo.
Me refiero a esos padres que trabajan de 8 a 8, que se los ha comido la máquina y ellos no han hecho nada para evitarlo. Me refiero a esos padres que salen temprano y vuelven tarde, cuando sus hijos ya duermen o se disponen a hacerlo.
También me refiero a los que son padres de fin de semana por culpa de una calentura adolescente que los dejó con el cachito por el resto de sus vidas o aquellos que han sido víctimas de separaciones matrimoniales, que, a diferencia de los anteriores, no mantienen ninguna relación con la madre de los niños, por lo tanto les toca ser padre de fin de semana y más encima, puertas afuera, para no toparse con la bruja de su ex. Y claro, es normal que una vez a la semana estos padres tan especiales sientan cierta molestia que podría traducirse como cargo de conciencia, y quieran pasar el día con sus hijos.
Pero aquí parte el problema; y es que no saben ser padres; no están acostumbrados a ese título y mucho menos a ejercer un oficio que no han practicado lo suficiente. Aquí es donde entramos nosotros, al rescate, con el salvavidas justo a tiempo, antes que el agua les llegue al cuello y los domine la desesperación.
Primera parada: AL CINE…
Y claro, al cine, cómo no se te ocurrió antes, si el cine es oscuro, no hay que hablar para no molestar y quedas como rey si compras el balde más grande de pop corns y un vaso gigante de Coca – Cola; y claro, para que compartas con tu hijo, aunque sea la bombilla. En el cine te ahorras lo incómodo de estar con tu hijo y no tener tema de conversación, de no saber qué preguntarle y mucho menos qué te va a contestar. El cine es tu oportunidad de quedar como papá choro que se da la lata de ver una película para niños sólo por acompañar a la pequeña criatura.
Segunda parada: McDONALD´S…
Es que el McDonald´s se ha convertido en el salvavidas más recurrentes, y no por casualidad, sino porque lo han sabido manejar. Padres de fin de semana, esta es una alternativa segura; tiene un nivel de higiene casi intachable, por lo que el niño volverá sano y salvo a casa de mamá, además la Cajita Feliz trae un juguetito de regalo y así, cuando le pregunten de dónde salió, el niño responderá con orgullo “me lo compró mi papá”. Y cómo dejar de lado entonces, el hecho de que en McDonald´s hay juegos infantiles donde los niños juegan entre ellos, donde no tienes que preocuparte por entretenerlos, ya que se entretienen solos, y si por casualidad te distraes, hay mamás y tías que te brindarán el socorro necesario. Sólo tienes que preocuparte de vigilar las papas fritas y la bebida del pequeño, de aguantar el griterío con una sonrisa en la cara y de controlarte para no pellizcar los carnosos glúteos de la señorita encargada de los juegos que se agacha a recoger las papitas que caen al piso.
Última parada: EL PARQUE…
También es la parada menos usada, pero igualmente efectiva. No se usa mucho porque te obliga a sentarte en el pasto o en un incómodo escaño, pero es la alternativa perfecta para ensuciar la ropa, porque la diversión se asocia a la ropa sucia y a la tierra bajo las uñas. En el parque tampoco tienes que establecer comunicación con el niño, ya que el espacio es amplio y tú le das la libertad para que corra, se esparza y conozca a otros chiquillos gritones, de esta manera, al volver a su casa, el pequeño retoño estará agotado, directo a la cama, y no le dará tiempo a la mamá para que haga muchas preguntas sobre el paseo; situación que siempre agradecerán los padres de fin de semana, no dar muchos detalles ni explicaciones; mientras antes lleguen a echarse en el sillón y oprimir el control remoto, mejor; porque ellos también están cansados. La culpa estresa, y hay que comprenderlos.