10 hombres perfectos que nunca aparecerán en los rankings de los más minos

Roberto Benigni es ese hombre al que quisiera entregarle el útero para engendrar un montón de hijos si no fuera porque ya le vimos la cara. Su personaje de La Vida es Bella nos devolvió la fe en eso de que los hombres podían valer la pena y ser simplemente perfectos.

 

 

 

 

Jack Black es el anti-mino por definición, le hemos visto sudar el culo con el pantalón de buzo cuneteado en Mucha Lucha y flatearse a diestra y siniestra en un sinfín de películas intrascendentes, y aún así, queremos el olor a mortadela cerca los domingos.

 

 

 

Zach Galifianakis es mi gordo-barbón-bruto-favorito. El hombre que redefinió la estupidez adorable en Hangover y que pese a cometer una sandez tras otra, es el que me hace buscar sus fotos en Google al menos una vez a la semana, algo tiene el gordo que me activa el bajo vientre. Algo deben tener que ver sus fotos en ese traje de baño de mujer colorado que le hacen lucir tan sexy el pelo en pecho.

 

 

Rhys Ifans es el feo perfecto, conocido por su rol de “Spike” en Notting Hill, ese compañero que te saca de quicio, pero no puede dejar de adorarlo, que es creativo y brilla con luz propia. Hombres como esos son capaces de amar desde lugares que desconocemos y cómo no tomar en cuenta que se enamora de una mujer que en vez de pelo tiene plumas?

 

Guatón Salinas es la triple entente del sex appeal, encarna a la Guatona Candy, Ratoncito y el DoStor. ¿Qué más podríamos pedir para una noche erótica de personajes de ficción? El gordo que logró que en Chile entero nos riéramos del complejo de dios de los médicos y que nos sacáramos los pillos de los condoros con una cancioncita de mierda. ¡Grande gordo!

 

 

Marcial Tagle es mi chileno perfecto, me enamoré perdidamente y para siempre de él cuando lo vi de chulo con plata en “Fortunato”, haciendo gala de una guata parrillera cultivada y de culto, un jopo engominado y los mejores chocopandas de la TV nacional. No ha parado de enamorarme con grandes personajes como el vecino español en Casado con Hijos y últimamente, como el chuchasumadre que se come a Gloria y la deja botada en la playa. Pero le deja la chaqueta, esa weá muestra carácter. Gracias a Lelio por esa imagen.

 

 

 

José Luis Torrente es la configuración del cine español hecho culto latino; el guatón seboso, pelado chascón que se peina la chasca pal lado intentando tapar su alopecia y que aún así, es un conquistador de mujeres innato, un respiro brillante al porno madrileño y risas aseguradas con el misógino, machista y racista más famoso del cine con Z.

 

Sacha Baron Cohen en realidad no es feo en la vida real, pero ha dedicado su carrera no solo a verse muy feo, si no a hacer el completo ridículo. Lo recordarán en joyas de la imbecilidad como Bruno, Ali G y Borat. Y para mí, un hombre que no siendo feo, se dedica a serlo, ya tiene mil puntos ganados; la vanidad no se lo come y está dispuesto a ser blanco de burlas sin asco. Eso para mi, es muy sexy.

 

Gérard Depardieu despierta no solo mis afectos más profundos y ternuras impensadas, sino también saca mi complejo de Elektra a la superficie. El guatón francés de la nariz imperfecta me ha gustado siempre, y sin importar lo viejo y desarmado que esté, seguiré amándole de forma incondicional. Tiene ese “je ne sais quoi” de los franceses, que pone una armonía inexplicable en su poca agraciada apariencia.

 

 

Danny Trejo es la confirmación del macho latino caricaturizado por el cine hollywoodense, pero que le torció la mano al puto destino. Hijo de obrero, fue delincuente y drogadicto, para después convertirse en uno de los regalones de la alfombra roja. Ha representado el alma del macho recio y hasta creó su propia empresa de producción de cine después de haber actuado en decenas de pelis. Un feo que nos demostró que desde el tarro de la basura, a veces salen buenos muffins con poca baba.