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Por qué insistes en hablar del tiempo, el chisme, la ropa o la teta; si también existe la vida, la muerte, la religión y la maldita pero excitante política.

Existe la filosofía y con ella la discusión sagrada, la educación de los hijos y por sobre todo, la educación de los padres; existe tanto tema y tan pocos decididos a tocarlos; tanta tele, tanto chat, tanto festival de Viña, tanto mensaje de texto y tanto Pelotón…

Existe tu opinión y la mía, la de tu amigo o tu colega, hay tanta conversación guardada, reprimida, escondida bajo la “lata”, censurada por una excusa pobre y ahogada por la desidia, es que hay temas que no se tocan, es que no tengo ganas de pelear, además: tú no me vas a convencer.

Mis polainas!

No quiero CONVENCERTE, quiero CONOCERTE, y que conozcas más allá de mis zapatillas deportivas, más allá de mi cargo en la empresa, más allá del colegio de mis hijos. Quiero conocerte más lejos de tu dirección y el barrio donde vives, y claramente más en profundidad que el nombre de tu amante.

Si no hablamos más allá, corremos serio riesgo de quedarnos para siempre en un aburrido y tedioso más acá.

3 pensamientos en “Decídete a conversar…

  1. es super difícil conversar o discutir e intercambiar ideas con las demas personas por que cada uno sale con sus dogmas religiosos , economicos y politicos y de ahi no salen y les molesta dar argumentos o razones , aceptan solo lo que les conviene escuchar ,aunque el mundo se venga abajo. Lastima que no se pueda conversar de temas realmente interesantes y se termine hablando de cosas superficiales para no herir susceptilidades

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